María del Carmen Calvo lleva toda su vida ligada al punto de cruz, su pasión, desde que a los 11 años comenzó en la Escuela de Arte de Toledo.

Esta toledana, «nacida en el Casco Antiguo, en la calle de las Bulas», cada tarde, la aguja y el hilo son sus fieles compañeros. Junto a ella, orgulloso, su marido José Luis Martínez, «toledanos de pura cepa, y bautizados en Santo Tomé».

La meticulosidad, la atención al detalle y por que no decirlo, la paciencia, han hecho que con el paso de los años haya creado un legado, más de una veintena de piezas de la arquitectura toledana. 

Un amor por el arte en delicados patrones y colores vibrantes que le han llevado a estar «18 meses», y 45.000 puntada para dar vida a la obra de El Greco que representa el entierro de don Gonzalo Ruiz de Toledo, más conocido como Señor de Orgaz.